Escribir para vender (más)
¿Has pensado cuál es la industria más poderosa? ¿La que más dinero mueve?
No es la farmaceútica, ni la armamentística.
Tampoco las mafias, las drogas o la pornografía.
No es la banca.
Ni el alcohol.
Soy La Estévez.
Escribo para captar la atención de tus clientes y hacer que pasen a la acción.
Te cuento cómo en esta newsletter sobre copywriting y persuasión aplicada a las ventas:
Si te apuntas ya, en 5 días te enviaré un regalo para conseguir que los que visitan tu web se queden el mayor tiempo posible.
Escribir para vender
Así de simple.
¿O de complicado?
No me refiero a redactar cartas de venta, enviar emails, manejar herramientas de email marketing o pagar por llevar tráfico a tu web…
Nada de eso es escribir para vender.
Esas tareas se aprenden de forma mecánica y se completan siguiendo unos pasos.
Las llaman «Habilidades duras»
Y son útiles.
Pero ninguna de ellas te garantiza vender online.
Nada de eso es copywriting.

Para convertir a tus visitas en lectores curiosos, y después en clientes, hay que quitarse el abrigo y sentir el frío.
Y entender qué se siente cuando el cuerpo tirita sin control.
Darte cuenta de que la punta de la nariz y de los dedos es lo primero que dejas de sentir, y también lo último que vuelves a notar.
Comprender por qué una manta no siempre quita el frío.
Enterrar prejuicios.
En otras palabras, desaprender.
Mirar con los ojos de un niño que ve algo por primera vez.
Abrir las orejas y cerrar la boca.
En efecto: escuchar y callar
Y entonces, aparecen los motivos.
El copywriting.
Y las ventas.
Te envío emails con ideas y consejos para hacer de tus textos un arma de ventas:
¿Las historias son útiles cuando escribes para vender?
El storytelling llena cientos de páginas en manuales de copywriting y persuasión.
Pero las historias no valen de nada si no nos dirigimos a las personas adecuadas.
Tampoco funcionan si no conectan con su preocupación o les ayudan a tomar una decisión.
Las historias no te garantizan una venta.
Pero si tenemos identificado a nuestro público y entendemos lo que le preocupa, son un método rentable para comunicar.
Te ayudan a conseguir pequeños impactos en el recuerdo del lector.
Escribir para conseguir pequeños impactos.
Cada día.
De eso te hablo en esta newsletter.
5 días y un regalo. Esto es lo que pasa si te suscribes:
En los próximos 5 días, recibes 5 mails.
Cada día, con una clave para colarte en la cabeza de tus clientes.
Y en sus bolsillos.

¿De qué vale invertir dinero en llevar tráfico a tu web si las visitas se van mucho más rápido de lo que llegaron?
Este manual recopila los errores más comunes en un texto de ventas.
En 5 puntos.
Directo al grano.
Así, puedes auditar tu web por tu cuenta:
- Revisar los enfoques que no invitan a sacar la cartera.
- Detectar si tus textos tiene esos “inhibidores del deseo”.
- Sustituirlos por enfoques más rentables.
Y aplicarlo. Sea lo que sea lo que vendas.
Lo que sea (siempre que el comprador sea un humano).
Te envío emails con ideas y consejos para hacer de tus textos un arma de ventas:
Apenas quedaba una semana para terminar la reforma y mudarnos.
Mirases donde mirases, solo se veía papel burbuja y cajas de cartón.
Entonces, sonó el teléfono…
– Señora, vengo a traerle la placa de ducha. Llego en 2 minutos. No se retrase que en este barrio no hay quien aparque y tengo que dejar la furgoneta en medio.
Cuando llegué, el repartidor no estaba.
Por fin vi aparecer una furgoneta blanca.
Tal y como había prometido, se paró bloqueando el tráfico y se bajó para descargar.
Pero antes de abrir el portón, me miró.
De arriba a abajo.
Sin mediar palabra, cargó la placa de ducha, llegó tambaleándose hasta el portal (que es donde estaba contratada la entrega) y la apoyó en la puerta.
Por fin se dirigió a mí.
– Señora, ¿está usted sola? Llame a su marido. Esto pesa mucho, sin ascensor no va a poder subirla.
Como era de esperar, mi orgullo tomó la palabra:
-No te preocupes, yo me apaño.
Claro está que no se dio por vencido:
-Señora, hágame caso, llame a su marido. Se va a dañar la espalda.
Mi amor propio tomó el control por completo:
– YO. ME. LAS. ARREGLO.
Le firmé el albarán de entrega.
Me volvió a mirar de arriba a abajo antes de volver a la furgoneta que a esas alturas ya cortaba el paso a 5 coches.
Mientras se alejaba, sentenció:
– No va a poder subirlo sola, pesa una barbaridad.
Y ahí nos quedamos.
Solas. Sin marido.
La placa y yo.
Doña Dignidad sentenció: «Son 30 escaleras, tampoco es para tanto».
- Antes del segundo peldaño, ya era consciente de que subir la placa sola no tenía ningún sentido.
- Cuando me faltaban dos escalones estuve a punto de rendirme (soltar la placa y dejarme caer, vamos).
- 25 minutos después, conseguí tumbar la placa sin caerme y meterla a la casa arrastrándome.
- Al día siguiente, no podía levantar los brazos más de un palmo. Así estuve una semana.

Hay un placer mayor que conseguir algo por uno mismo:
Que sepan que has sido capaz aunque te dijeron que no podrías.
Sienta bien el reconocimiento.
Nos recuerda que merecemos respeto.
Respeto genuino, la gente no compra porque le doren la píldora y menos si le toman por tonto.
Cuando las personas se sienten respetadas, bajan el escudo.
Y te dejan acercarte a ellas.
Entablar una relación.
Generar confianza.
Compromiso
Necesidad.
ACCIÓN.
Todas estas fases de un embudo de ventas se pueden trabajar a través del copywriting.
Pero primero: cómo hacer que la gente baje el escudo.
Para eso, he preparado un manual con el que podrás revisar tu web y eliminar barreras que te separan del cliente. Y de la venta.